jueves, 17 de marzo de 2011

Un manojito de versos.




Un manojito de versos
se me están escapando,
de tanto quererte niña
por tu boca suspirando.

Ni la luna es más guapa
con lo bonita que es,
es que tu cara chiquilla
ya la quisiera el clavel.

Me tienes loco perdió
te tengo que enamorar,
ojitos verdes los tuyos
me tienen que encandilar.

Un manojito de versos
escritos tengo pa ti,
yo te los canto morena
cuando me digas que sí.

Mi niña amada.



Mi poesía es la ola
de un atardecer gris,
reposando en la playa
esperándote a ti.


Dejando huellas
en la arena al pisar,
salitre de besos
que te quiero dar.


Mí poesía es el faro
la luz de tus ojos,
mi niña mimada
tus tiernos antojos.


Es la luna lunera
a escondidas del sol,
la cala desierta
donde hacer el amor.

Los tirantes de tu vestido.


Cuanto daría por volver
a aquella plaza,
y sentarme junto a ti
en aquel banco,
bajo la luz del farol
y el olor a azahar
de aquel naranjo. 


Cuanto daría por volver
a aquella tarde,
en la que nos besábamos
saboreando el suspiro,
y yo con la punta
de mis dedos,
deslizándote
los tirantes de tu vestido.


Cuanto daría por volver
a prometerte,
bajo la luz de la  luna,
que iba a quererte siempre
y como tú ninguna.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Nunca acabaremos tú y yo.



Despertaré, al verte a mi lado,
te besaré despacio dibujando
corazones en tu piel.


Volveré a decirte suavecito,
al oído, lentamente,
ámame otra vez.


Rizaré con mis dedos
tu cabello, entregándote
en el fuego,
la pasión y la ternura,
de tu amor sobre mi amor.


Que las palmas de mis manos
se conviertan en la tuyas
pegaditas las dos.


Nos diremos muy bajito,
que si el mundo se acabará
nunca acabaremos tú y y yo.

Con la palabrita amar.





Esta noche hay un poeta
escribiendo una poesía,
con los labios de tu boca
sobre la mía.


Tanteando un sentimiento
cortejando una ilusión,
queriendo comerse a besos
tu corazón.


Los volantes del vestido
te los quiero recoger,
para llevarte a caricias
hasta el amanecer.


Esta noche hay un poeta
que te quiere desnudar,
verso a verso despacito
con la palabrita amar.

A pasitos de violín.





En una pista de baile
un suspiro de amor,
se abraza a una despedida
con pétalos de una flor.


Están danzando los besos
a pasitos de violín,
pegaditos a sus cuerpos
piruetas en el jardín.


Ella se deja llevar
en sus brazos por el aire,
en el deseo celestial
báilame como nunca nadie.


Una lagrima en el suelo
los ha hecho resbalar,
bailando se han caído
los bailarines del verbo amar.

Y nos dieron las tantas.

Anoche me despertó
el calor de tus pechos
clavados en mi espalda.
Avivando a fuego lento
un inmenso incendio
bajo las sabanas.
quemándose dos cuerpos
pirómanos de amor
en la madrugada.
Abrazados a las llamas
de la pasión y el deseo,
se nos encendió la noche
metiéndonos fuego.
Ámame, me decías
quémame la piel,
házmelo despacio
y luego otra vez.
Y nos dieron las tantas
haciendo el amor,
sintiéndolo lento
quemándonos los dos.

En las tejas de tu ausencia.


Vengo de haberme ido
pero ya estoy aquí,
estuve en los suspiros
de una tarde sin ti.


Paseé como pasean
los perros al atardecer,
lentamente y sin ladridos
sin ganitas de morder.


En la tejas de tu ausencia
había un gato recostado,
relamiendo el poco sol
que calentaba el tejado.


La calle estaba empedrada 
de tus paseos conmigo,
de besitos derramados
entre adelfas del camino.


Que solitario el pueblo
ni peces había en la fuente,
donde lanzabas  monedas
antes de conocerme.


Vengo de haberme ido
estoy aquí para quedarme,
aunque volveré algún día
en tu ausencia a pasearme.